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Sigo diciendo que el mundo de la decoración infantil está obsoleto.
No porque sus diseños estén anticuados, todo lo contrario, si no porque sigue al margen de conectar con las verdaderas necesidades de los más pequeños.
Leo revistas de decoración infantil y siguen aconsejando artículos que nada tienen que ver con el desarrollo natural de un niño.
Una de las cosas que no podemos obviar, es la gran cantidad de estudios que se han realizado sobre la importancia del desarrollo motor de los bebés y niños durante su primera etapa de vida. Todos ellos advierten y coinciden en dos puntos:
1) Desarrollar la motricidad es una necesidad primaria de los niños.
2) El desarrollo motor debe estimularse de forma natural.
Uno de los consejos fundamentales que deberíamos leer cuando quieres decorar tu casa para la llegada del bebé es el de prepararla para permitir un movimiento libre y sobretodo organizar una pequeña zona que ayude a tu pequeño a estimular su desarrollo motor de forma natural.
Sin embargo, los consejos con los que nos seguimos encontrando hoy en día en revistas y webs infantiles es la compra de hamaquitas, corralitos y andadores que justo hacen la función contraria.
El correcto desarrollo motor de nuestro bebé es mucho más importante de lo que pensamos.
Varios estudios han demostrado que permitir y estimular el movimiento libre en los bebés:
- Está relacionado con el desarrollo del lenguaje y con el desarrollo cognitivo, puedes ver el estudio aquí.
- Que el niño, además de descubrir su propio cuerpo e interactuar con el mundo externo, también piensa, aprende, crea y afronta sus problemas mediante la acción corporal, según Piaget.
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Que durante la infancia hay una estrecha relación entre motricidad y psiquismo, pues el niño manifiesta su vida psíquica, su relación con los demás y sus necesidades a través del movimiento, siendo el contexto más propicio para el aprendizaje infantil el de la acción, la experimentación y el juego. (Mesonero 1994)
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Virginia Abete, afirma que la motricidad a través del cuerpo, ayuda al niño en su expresión emocional, pero también en la mejora de los aprendizajes de este y en el desarrollo o evolución de su personalidad, en su autonomía y equilibrio emocional.
En estos últimos años está volviendo con fuerza a ponerse en práctica la pedagogía Pikler. Y diría que no es por casualidad.
Esta nueva ola de maternidad consciente, está permitiendo que pedagogías más centradas en el desarrollo natural del niño vuelvan a surgir en contra de tanto accesorio comercial.
Emmi Pikler era una pediatra húngara que dedicó su vida a investigar sobre el papel del adulto en el desarrollo motor de los niños y defendía que:
Los bebés sólo necesitan libertad de movimiento, espacio y ropa cómoda .
Y entonces, ¿Cómo debo estimular el desarrollo motor de mi bebé en casa?
A continuación encontrarás 3 fáciles consejos basados en la pedagogía Pikler que beneficiarán enormemente a tu bebé y que puedes colocar en casa.
Lo que vamos a ver
3 IDEAS PIKLER PARA CASA
ZONA LIBRE DE OBSTÁCULOS
Prepara una zona en casa, preferiblemente donde más tiempo paséis o donde más acompañado y controlado pueda estar el bebé, libre de obstáculos y muebles, limpia, segura y todo lo amplia que puedas.
Todo niño o niña requiere su espacio propio para jugar, un área delimitada que le brinde seguridad y tranquilidad al momento de explorar. Por esto, es importante que el espacio de juego les permita movimiento, seguridad y estructura a la vez. Es un área que permite al bebé explorar de manera segura mientras aún no logra desplazarse, por ejemplo, a través del reptado o gateo.
El suelo ha de ser cálido y cómodo. Puedes colocar una alfombra textil lavable, alfombra de foam o vinílica. No valen colchones o colchonetas ya que no ayudan a la estabilidad y equilibrio del niño.
Coloca al bebé y deja que haga sus movimientos (juegos) solo. Se debe respetar la postura más cómoda y de dominio del niño, de tal forma que pueda modificar esa postura a voluntad, sin cojines, correas o arnés de ningún tipo.
Lo importante del juego libre es que el movimiento sea libre y espontáneo, donde el niño se mueva como quiera y que sea él quien se regula o pone las regla.
Es importante que confiemos en nuestros hijos y sus capacidades de acción y de movimiento libre, por más pequeños que sean.
MAGNÍFICO TRIÁNGULO
Uno de los mejores regalos que puedes hacer a tu pequeño es un Triángulo Pikler.
Podemos encontrar varios elementos, dentro de la pedagogía Pikler que estimulan el desarrollo motor de forma natural del bebe, todos ellos están pensados para incitar e invitar al bebé a usarlos.
De todos ellos si tuviera que quedarme sólo con uno, sería el Triangulo.
El Triángulo de Pikler es un instrumento muy eficaz para el desarrollo motor de los peques. Les ayuda a reptar, trepar, gatear, levantarse, suben y bajan, pasan por debajo, fortalecen sus músculos, afrontan retos físicos y juegan a infinidad de cosas. Con el tiempo tiene infinidad de usos e ideas para juegos, puede ser cabaña, túnel, casita, puente…
La base de la autonomía está en la confianza, el bebé aprende a confiar en el mundo y en él mismo por medio de su cuerpo y movimiento. Si yo le permito moverse, le transmito confianza.
Este vídeo demuestra lo que puede llegar a hacer un bebé en un triangulo Pikler si confiamos en él:
BARRA DE EQUILIBRIO
Hoy en día hay diversos artículos que ayudan al desarrollo del equilibrio de los niños, pero basta con colocar una barra.
Es un juego divertido que aúna coordinación y equilibrio.
Se puede empezar con la barra de equilibrio desde los 12 meses.
Estimular a los niños desde temprana edad con ejercicios de equilibrio hace que su desarrollo cognitivo (aprendizaje) y emocional sean de gran calidad.
El sistema vestibular aporta conciencia de nuestro cuerpo, de donde nos encontramos en relación con el espacio y con la fuerza de la gravedad (equilibrio). Está en estrecha relación con todos los demás sentidos, de manera que todas las sensaciones se procesan con referencia a la información vestibular.
La relación que el niño tiene con su equilibrio define cómo experimenta el mundo y cómo se adapta a él, cómo se relaciona con los demás y consigo mismo.
El niño debe entrenar su sistema vestibular, y por ende todos sus sentidos, durante su infancia antes de aprender a leer, escribir, calcular. Experimentar su cuerpo en relación con la gravedad, su equilibrio, la conciencia de su cuerpo y de las direcciones en el espacio son vitales para su desarrollo cognitivo, emocional y social.
Moverse durante los primeros años de la infancia es la base para un adecuado desarrollo emocional, cognitivo, social y por supuesto motriz.
Para que un niño tenga éxito en su vida, no sólo a nivel escolar sino también social y personal, debe haber experimentado multitud de movimientos a través de su juego, al menos durante los 6 primeros años de su vida, por eso, tanto si ya tienes un bebé como si vas a tenerlo pronto, permítele el movimiento libre.
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